1.12.2009

Tu voz no es mi voz, es el aliento imperfecto. La sucesión de imágenes de locura, indecisión y mentira. Tu voz no es mi máscara, mi máscara es mi rostro. Es aquello que soy, como tú. Una mentira monocromática, un silencio en la noche. Un destello de la mañana más absurda. Un despertador a las ocho de la mañana. La necesidad innegable y destructiva de liberarte de la forma más inútil. No es tu voz, ni mi voz. No es la voz. Porque tu voz no es mi voz. No es la voz.

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