1.08.2009

Siempre he sido un tipo bastante relativista. Digamos que soy un poco gallego para algunas cosas de la vida tales como, por poner un ejemplo, la muerte.
Soy de esa clase de tipos insensibles que creen que todo el mundo muere, que la muerte da sentido a la vida. Que si mueres es porque ya has vivido y que si, por alguna extraña razón que me resulta complicada de comprender, no has aprovechado el tiempo de tu vida es porque nunca tuviste en cuenta que llegaría un día en el que solo serías un montón de piel y huesos en una caja de pino. Tan cierto es esto como que mañana sale el Sol.

Cuando mi madre murió me sentí muy mal. Pero estoy seguro de que me sentí mucho mejor que otras personas en mi misma situación. Si esto es lo que hay, pensé, si las cosas son así, es como lo debemos tomar. Eso no quiere decir que uno no pueda sufrir. No estoy diciendo que el sufrimiento, y la desesperación ante una perdida tan grande, sea un error o una actitud equivocada. Estoy diciendo que todo es relativo, y que es tu visión de la realidad y de la vida la que va a marcar tu actuación ante estas situaciones.Pero esto es evidente y nos demuestra que en este aspecto somos una "tabla rasa".

Durante algún tiempo me he sentido mal porque me he dado la sensación de que me lo he tomado todo con demasiada naturalidad. En mi interior me he sentido culpable por no ser capaz de sufrir más. En el fondo, lo que deseaba, era liberar mi pena a través de un sentimiento devastador, porque creía que así tenía que ser. Sin embargo mi yo ultra-racional me decía que eso no servía para nada, que era una táctica estúpida y sin sentido y que me llevaría por derroteros poco recomendables. Y tenía razón. Pero mi yo emocional me hacía sentir culpable, me hacía sentir un mal hijo.
Tonterías. Mi yo emocional, esta vez se equivocaba.

Si la calidad de la puesta en escena del luto define la calidad del amor sentido hacía la persona fallecida, entonces creo que en este mundo hay mucho hijo de puta llorando por las esquinas. Y eso no quiere decir que un luto duro sea una mentira, quiero decir que no es justo que el sufrimiento se equipare al amor.
No es justo.

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