5.20.2009

Aquí os dejo el micro-relato que envié a eso que hacen todos los años en la cada SER, básicamente lo escribí porque me gustó la frase que había que usar: "entonces reconocí la mirada de la fotografía" No es una pieza especialmente buena, la verdad es que esto de los micro relatos no me llama mucho pero, bueno, esto fue lo que hice:

Moscú 2036

Entonces reconocí la mirada de la fotografía, sobre el papel fotográfico resplandecían inertes aquellos ojos de ciencia ficción. Guardé el álbum y lo empujé dentro del armario con el fin de no encontrarlo más, junto a mi uniforme y seis balas. Buscarlo había sido un error, en él solo se mostraban los tiempos más terribles, tiempos que me recordaban que ella estaba muerta y que no iba a volver.

Moví mi silla contra la ventana, allí estaba la ciudad, reconstruida, y mi rostro envejecido en el reflejo del cristal, y su mirada, en mi recuerdo, diluida dentro de mi enfermedad.


Gracias por su tiempo.

5.10.2009


Ayer, en uno de mis momentos, me fui a la sesión de la 1 de la madrugada a ver la nueva película de Star Trek. He de confesar que no soy un seguidor de Star Trek, así como tampoco lo soy de Star Wars...de hecho todas esas sagas intergalacticas, mesianicas, iconicas y, a veces, un tanto pretenciosas, me aburren brutalmente, no lo voy a negar. ¿Para qué?
Sin embargo, en este caso, que J.J. Abrams estuviera detrás de esta nueva entrega, en forma de precuela, de Star Trek y las buenas criticas que había estado leyendo sobre la película me animaron a pasar la noche de mi sábado en soledad dentro de una sala de cine, en la sesión de la una de la madrugada (un plan estupendo, como siempre).

En resumen diré que esta nueva película de Star Trek es una interesante vuelta de tuerca a una saga que está realmente manida. Se trata, en general y como ya he comentado en el parrafo anterior, de una precuela. Pero es una precuela especial, de la que no contaré mucho más porque tampoco se trata de reventar la película.

Lo que sí diré es que lo que más me llamó la atención de esta nueva entrega de la saga de Star Trek es que tiene un regusto a Star Wars bastante evidente, las figuras paternofiliales juegan un papel importante así como al educación de los personajes principales, aunque esta vez no hay imperio. Ni falta que nos hace. Como decía, los personajes se han reinventado, de alguna forma, y los cliches sobre los que estaban construidos desde hace bastante tiempo han sido abandonados, no completamente, pero sí en su gran mayoría para ser sustituidos por arquetipos de comportamiento más próximos a estos tiempos. En cierto modo, podemos suponer que la circunstancia de que J.J. Abrams no sea un fan de la saga de Star Trek y su caracter renovador con casi todo lo que toca (menos con misión imposible III) le haya llevado a darle una vuelta a todo, a buscar el origen de una historia vieja para reinventarla y darle un impulso a una franquicia que creo veremos florecer en los próximos años.

La película esta bastante bien construida, plagada de pinzas que no nos hacen perder la atención, casí constantemente se renueva el misterio y los personajes refuerzan sus objetivos tras la enorme cantidad de obstaculos que encuentran para salvarlos, las escenas de acción son espectaculares pero no excesivas, y mantienen un buen ritmo que hace que no se vuelvan muy pesadas y previsibles. La existencia, además, de una subtrama sobre las emociones de los personajes respecto a su propia identidad y su relación entre ellos, que pasa de ser un elemento inamovible en las anteriores entregas de la saga a ser, ahora, un elemento de crisis y conflicto constante no hace otra cosa que mejorar el conjunto de la película.

Así que, bueno, seas Trekkie o seguidor de la fe Jedi, o simplemente un espectador con ganas de pasar un buen rato en el cine, deberias ir a ver esta pelicula, porque es una buena muestra de cine de entretenimiento de calidad. No hay mucho fondo, pero si una brillante superficie que nos muestra lo liminoso que puede ser imaginarlo todo de nuevo.

5.07.2009

Me contaba Joaquín, el otro día, que le costaba dormir. Me decía que conciliar el sueño se había vuelto una tarea ardua y desagradable y que, una vez dormido, su descanso era nimio e insignificante. Me contaba, también, que las cosas no siempre son como parecen, que esa era la sensación que tenía respecto a casi todo y por último me dijo algo que me dejó con un mal sabor de boca. Me dijo: "Mi ignorancia me debilita tanto como mi tenacidad me refuerza en mi inevitable camino".

No puedo quitarme eso de la cabeza.

5.06.2009

Joaquín estaba ahí sentado, preso del puto odio, la puta agonía existencial que, día tras día, noche tras noche, le carcomía por dentro. Ahí estaba, sentando; delante del ordenador, como un maniquí en la puerta de un bar, estático y decorando, dandole ambiente a la habitación. La luz del monitor iluminaba su cara, que contrastaba con esa sensación de confusion, ira, miedo, felicidad y emoción que se mezclaba en su interior. Blanco por fuera, negro por dentro.

"...porque te hacen sentir tan diferente..."

Y pensaba, Joaquín, que cuanto hay que beber para saciar una sed, una de esas que no existen, unas de esas que son como luces de neón; de colores brillantes. Cuanto veneno hay que tragar para, definitivamente, impulsar tu cuerpo hacía una incierta salvación.

Mejor no pensar en eso, pensó, porque para hacerlo tendría que reconocer que no llevo razón.