8.21.2009



Hijo del caos

La nueva película de Lars Von trier parece el estudio de un miedo cotidiano, de uno de esos que llevados al extremo se revela como primario y terrible. Es, también, una película que tiene el caos como regla formal. Es el propio director el que nos avisa a través de un zorro que "el caos reina"; una advertencia muy cierta. Es viejo zorro, el amigo Lars. Y lo sabe.

La película pretende generar inquietud a través de ciertos elementos normales y rurales, llevando al espectador desde la tranquilidad de imágenes en cámara lenta y música clásica a nerviosas secuencias con caóticos y enfermizos movimiento de la cámara. Es aquí en donde Von Trier crea el discurso de la película, pues todos elementos contados con trípode y cámara lenta reflejan momentos más terribles y dolorosos que los del resto de la película, que no pasan si no por ser la muestra de un abanico de imágenes y elementos inquietantes, pornográficos, angustiosos y, en cierto modo, depravados. Pero que, en el fondo, son mucho más inofensivos e inverosímiles.

La sensacional actuación de Charlotte Gainsbourg llena toda la película, hasta el punto de llegar a la conclusión de que sin una actriz como ella esta película hubiera sido casi imposible. No puedo decir lo mismo de Dafoe que me resulto creíble pero un tanto acartonado. Si bien es cierto que su papel de hombre racional y de gran seguridad en si mismo bien exige una actuación calmada, no es menos cierto que a veces resulta excesivamente pausado.

Von Trier cuenta la historia de un matrimonio que tiene que enfrentarse a la perdida de un hijo a través de un extraño y desgraciado accidente y de como el marido, Willem Dafoe, psicólogo de profesión, intenta ayudar a su esposa, que yace profundamente deprimida en un terrible luto que parece tragarla sin compasión. Ambos inician una terapia en una cabaña en el bosque, un lugar apartado y tranquilo que parece asustar a la mujer.

Esta es la premisa para una película de horror psicológico en donde los elementos visuales, sexuales, la carga emotiva desbordante de situaciones extrañas y, sobre todo, el sonido, crean una atmósferas de inseguridad y confuso horror durante toda la cinta. Von Trier no se agazapa tras clichés y muestra una película audaz y que pretende molestar y escandalizar al espectador. Un espectador curtido en mi batallas, muchas veces. Por lo que puede fallar en su intento. Es, sin embargo, la evolución de la historia y de como nosotros, los espectadores, nos dejamos llevar a través de lo que parece una colección de imágenes perturbadoras hacia una trama sorprendente que nos da a entender el carácter terrorífico de todo lo que vemos.

En resumen y sin salir al trapo de críticas de plumas mucho más prestigiosas que la de un servidor no puedo hacer otra cosa que no sea recomendar su visionado y su posterior reflexión. Porque si el caos reina en el bosque es porque la naturaleza reina en él y es la naturaleza la mayor representación del caos. De ese caos que los hombres pretenden canalizar y controlar.

Es Lars Von Trier heredero de ese caos.

8.16.2009




Voy a ser muy atrevido y voy a decir lo siguiente: Hacer una película buena de "el castigador" es muy fácil. (Así que dadme un contrato para hacer una...)

Vale, vale, vale...¿Cómo me atrevo yo a decir semejante cosa? ¡Si yo no soy nadie! Pues vale, no soy nadie. Pero me voy a explicar.

Punisher, Daredevil, Batman...son todos personajes muy similares. Con sus particularidades, son personajes muy oscuros, muy humanos y muy "sobre humanos" pero lo que no son, con la excepción de Daredevil, es super humanos. ¿Qué quiero decir con esto? Quiero decir que si no tienes historia céntrate en el personaje. Hubo un intento de eso en Daredevil pero el tono era tan incorrecto durante toda la película que el resultado fue extremadamente lamentable. Con el castigador pasa lo mismo, se olvidan del personaje, parece que no, que lo tienen en cuenta, pero se olvidan de él. ¿Donde están las reflexiones que Frank Castle hace constantemente en el cómic? Yo soy uno de esos que dicen que las películas basadas en cómics tienen que ser personales y con un lenguaje propio, pero no deben olvidar al personaje. Eso paso con algunas entregas de Batman y todo sabemos el resultado. Frank Castle medita lo que hace, no simplemente lo hace.

Vale, ¿qué diantres tiene todo esto que ver con Punisher: War Zone? Pues todo, y nada a la vez.

Punisher: War zone, es una película odiada por la mayoría y que tiene tintes de convertirse en una de esas películas que tras ir muy mal en taquilla y considerarse de "mala calidad" terminan siendo de culto. Es más, no me cabe duda de que va a terminar siendo de esas.
Con un presupuesto de 40 millones de dolares apenas recaudó 8 en la taquilla de USA y 10 en el resto del mundo. En España ni se llegó a estrenar, ha salido directamente en DVD; ahí tienes todos los ingredientes necesarios de lo que hablaba antes. Esta segunda entrega, en realidad tercera entrega (o intento), de "el castigador" supone una reinvención de la faceta cinematográfica del personaje y creo que es, entre ustedes y yo, para mi y le pese a quien le pese, la más cercana al espíritu (más o menos...) original del personaje cómic. Desde el primer momento del film captas que es un festival gore que no va a tener ni pies ni cabeza, si eso lo pillas desde el momento 1 es fácil disfrutar del film. Te relajas y no esperas nada más, sólo estás sentado y viendo: bang, bang, piun, sangre, sangre, cerebro, piun, piun!.


No voy a entrar a valorar esta película desde un punto de vista de "esto me parece bien", "esto me parece mal". Simplemente diré que es un divertimento extremo y esperpéntico que a ratos parece estar a la altura de un personaje que aún nadie se ha molestado en desarrollar para el cine. Simplemente crean un calavera, la ponen en una camiseta negra y a un tío con el pelo negro peinado para atrás pegando tiros; todo un alarde de esfuerzos adaptativos. Es el castigador, Frank Castle, un personaje que siempre termina absorbido, en el cine, por el mundo que le rodea, un mundo violento, oscuro, confuso y lleno de escenas de acción sin mucho sentido. Los pequeños atisbos de humanidad y conciencia del personaje quedan rápidamente tapados por este mundo, histriónico, simple y salvaje que lo inunda todo.

Y ojo, que con humanidad no hablo de moñadas a tutiplen estilo la peli de Travolta...

Así que bueno... ¿si disfruté del film? Pues sí. Cuando uno se pega un atracón de nada y es consciente desde el primer instante, la nada puede resultar satisfactoria.

Saludos.