2.23.2009


En esta ciudad invisible solo tus balas puede hablar mi idioma, nada más tiene autoridad o potestad en nuestra interlocución; así que ve buscando tus armas que yo ya cuido las mías sobre la mesa. Por que ese es el lugar en el que deben estar. Junto a los cubiertos, la comida, nuestras manos y nuestras miradas clavadas la una sobre la otra mientras brindamos con nuestras copas.
Vamos, hermano. Alza tu copa.

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