10.17.2008

Descreído:

Me pregunto si a veces todas esas personas que parecen tan seguras de lo que dicen y hacen, como algunos políticos y personalidades públicas, no se acuestan o se levantan con la sensación de que todo lo que dicen o han dicho no tiene sentido, que simplemente interpretan un papel que no se creen pero que están obligados a interpretar. Como si la mascara aún no fuera su rostro pero no tuvieran el valor de quitársela y enfrentarse a la verdad que supone dedicar tu vida a algo en lo que creías pero en lo que ya no crees.

A mi no me pasa igual, pero tengo la sensación de que cada vez me creo menos todo y que todo me resbala más. Es como si a base de hacerme creer lo importante que eran ciertas cosas y lo importante que era sentirme bien, o especial, en determinados aspectos de mi vida se haya convertido en simplemente algo que ya pasó. Una etapa.
Ahora me levanto, algunas mañanas, y ando lentamente hasta baño y me miro al espejo y tímidamente me reconozco y simplemente pienso que puede que todo esto no sea más que una huida hacia delante, hacia lo inevitable.

Uno no puede sentarse el resto de su vida en una silla, para ver el tiempo pasar. Como si diera igual las acciones acometidas, como si la visión certera de la huella que el tiempo probablemente borrará o manipulará fuese la razón para el inmovilismo existencial. Es aquí, puede ser, en donde la fe, religiosa o no, entra en acción. Si puedes creer en lo que no ves y lo conviertes en tu objetivo final, el cual nunca lo alcanzaras, si alimentas tu alma con argumentos indemostrables e ilusiones increibles, entonces, solo entonces, sea más fácil levantarse cada mañana sin la sensación de que todo es una gran mentira.

No quiero estar parado, pero necesito creer. Y ahora me cuesta creer.

2 comentarios:

Utopía dijo...

Yo creo que si se planteasen aunque solo fuese una vez, durante una milésima de segundo eso, se encerrarían en su casa eternamente... por verguenza.

Lo malo es que creo que esta gente se cree su propia historia, su propio papel, y lo representan, una y otra vez, hasta el final...

Pero eso nos pasa a todos eh? Nos pasamos media vida imaginando una película o historia, tenemos claros los personajes que nos toca representar, y los secundarios que tenemos que buscar, y la otra media vida la pasamos lamentandonos y condenando a los demás por no cumplir las espectativas de esa gran obra (mentira)...

Ay que insoportable estoy ultimamente...

Yo también necesito creer...


Un beso m(a)rcianico!

Descendente dijo...

Si todo es una gran mentira y además es un viaje hacia ninguna parte, entonces...¿para qué tanto esfuerzo? :P