3.12.2009


Discutía, hace poco tiempo, con cierta persona, que las adaptaciones cinematográficas de obras de ficción no tienen porque ser especialmente respetuosas con la estructura y la forma de la obra original. Tanto es así que la adaptación de la obra original, por ejemplo la de una novela, debe de adaptarse, válgame la redundancia, a los recursos estéticos y narrativos de un lenguaje diferente y particular; como es el del cine.

Lógico, ¿verdad?

Sin embargo esta regla se esta rompiendo con el tiempo, o tal vez ya llevo tiempo rota. No es raro ver como las películas están adaptando las novelas y los tebeos con la máxima fidelidad posible respecto de la obra original. Hasta el punto de crear adaptaciones mastodónticas de grandes obras de ficción, como es el caso de El señor de los anillos de Peter Jackson, que precisamente ha sido venerada por los fans por el titánico esfuerzo de Jackson en recrear con cuidadosa perfección el mundo de Tolkien, así como la historia original. Aún así no creo que este sea el mejor ejemplo de adaptación fidedigna y meticulosa de una obra original de ficción al genero cinematográfico. Posiblemente Sin City se lleve la palma, ya que copia viñeta a viñeta el tebeo original para, en vez de adaptar, trasladar del lenguaje del tebeo (famoso arte secuencia, tal y como lo definió Will Esnier) al lenguaje cinematográfico consiguiendo un híbrido de dudosa calidad artística pero de gran impacto visual. Puede tener una cierta disculpa, en el caso de Sin City, si tenemos en cuenta que el propio autor del tebeo original, Frank Miller, es también el co-director de la cinta junto a Robert Rodriguez. ¿Hasta que punto estaba dispuesto Frank Miller a dejar su obra en manos de un adaptador ajeno? En lo que a mi respecta Frank se hizo un flaco favor. Aunque le hiciera un gran favor Mickey Rourke.

En definitiva, los claros ejemplos de adaptación/traslación de obras de ficción de tebeos (Watchmen, por nombra la más reciente) no solo refuerza la idea del cambio de tendencia que estamos viviendo en donde las adaptaciones de obras simplemente son hábiles actos de "corta y pega" digital y narrativo. Demostraciones de poder técnico. Y eso me plantea una buena pregunta: ¿Tiene sentido adaptar una historia creada en base a imágenes y texto? Adaptar un tebeo, y una historia particular ya publicada, al cine puede resultar confuso puesto que los personajes ya están totalmente definidos no solo en su contenido sino también en su forma y aspecto. ¿Que solución tiene el cineasta? En anteriores casos hemos visto adaptaciones de personajes de tebeos (Batman, Superman...) pero siempre en base a historias específicamente creadas para la pantalla, por lo que hablamos de adaptaciones de personajes de tebeos y no de un tebeo original. Adaptar 300 o Watchmen a la pantalla grande no deja mucho espacio a la creatividad, solo a la excelencia técnica.

Muchos grandes directores nunca adaptaron un tebeo (Kubrick, por ejemplo) pero si adaptaron diferentes novelas y la mayoría de las veces creando propia historia, partiendo de un referente, de una base creativa para crear una ficción propia tomando como base el mensaje y las soluciones narrativas que el cine permiten. Respetar la obra tanto como se creía necesario y eso, supongo y sin ánimo de sentar una cátedra de la que dispongo, es lo que define a un buen cineasta a la hora de adaptar una obra del buen artesano visual, que con mimo y conocimientos usa la obra original como un storyboard que le marca la pauta de la que nunca se debe salir.

Supongo que tanto esmero por crear "versiones" de la misma historia en diferentes formatos responde a una necesidad puramente comercial, aunque encuentro que hay una confusa razón artística detrás.

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